lunes, 14 de septiembre de 2009

Cancioncilla amorosa


Mañana empieza, ay, de veras el curso. No tengo ánimo para apocalipsis. Hay que coger fuerzas de donde se pueda. Como aconseja Daniel en una suya, guarda horas felices / en lo más profundo de ti. Esta canción inolvidable llevaba años buscándola, y ahora que me había decidido a preguntar por ella, aparece de pronto en Youtube. Eduardo Mateo, nada menos. Que la disfruten.


3 comentarios:

Unknown dijo...

Venga, seguro que acabarás contagiándote del entusiasmo de los alumnos...
Qué no daría yo por revivir siquiera aquella emoción de la víspera...
En fin, al menos sí puedo decir que he disfrutado como un enano con tu trilogía de Revelaciones.
Y hasta me han entrado ganas de ponerme a estudiar (en el buen sentido de la palabra, claro).

Un abrazo.

Al59 dijo...

Gracias, Jesús. Lo que más me cuesta es cambiar el ritmo. (Ya cuando era alumno llegaba dormidísimo a clase...)

Al59 dijo...

Esta mañana llovía. Entonces, cuando me desperté y vi el panorama, comprendí que tenía una respuesta a la pregunta que me acompañó a la cama: de qué hablarles a las alumnas de Literatura Universal, si aún no tienen el libro de texto ni el de lectura. La respuesta era ésa: la lluvia. Hice una búsqueda rápida de canciones sobre la lluvia, y tomé el Diccionario de Símbolos de Cirlot. Así pasamos la clase, dándole vueltas a la lluvia y a la manera en que la música y la letra de las canciones evocan la canción sin letra de la lluvia, con ese oxímoron maravilloso: una monotonía fascinante, siempre igual y distinta. Oímos cantar a Luli, a Bergia, a Triana y a Dylan. Pensé, otra vez, que doy (cuando puedo; o sé) las clases que me hubiera gustado recibir a mí. Un comentario de texto que no acaba en el texto, sino prosigue, como quería el maestro Bachelard, por el paisaje del que el texto es sólo un momento, una puerta de entrada. Al final hasta sabíamos más (y menos) de la lluvia que Cirlot. Por estas veces, entonces, Jesús. Por si acaso.