domingo, 4 de julio de 2010

Alfa y Omega


(Andrés Bestard, Flecheros simétricos, 1985)


Venían a ser iguales.
Uno tenía principios.
El otro, finalidades.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Oh, nueva ley de igualdad!
Tabla rasa de principios,
patas de finalidad.

Al59 dijo...

Se podría recordar también aquello de Bergamín:

La verdad y la justicia
son dos malas consejeras.
Una te dice que mates;
la otra te dice que mueras.

(Así la recuerdo yo, de una vieja fotocopia ilocalizable. Veo en la Red que otros creen haber leído 'la verdad y la mentira'. Puede ser, pero lo dudo. Lectio difficilior, potior.)

Anónimo dijo...

Y mientras llega o no llega
el círculo de la alfa
gollete nos es la omega.

Rafa kai pali.

Al59 dijo...

Para el acierto no hay método. De ahí la conveniencia de meterse no en proyectos sino en líos, aventuras, enredos, donde no hay garantía de nada. Así la vida misma; y este blog.

Juan Poz dijo...

Y si se suman ambos sólo tenemos "penalidades", lo propio del penal que es lo real. con todo, ¿a quién no le mete espanto la idea de cruzar el umbral de su única puerta de salida? Por eso aquí seguimos de quinquenio en quinquenio y de quindenio en quindenio, esto es, de generación en generación, siguiendo el laberinto como los ratones de "Mon oncle d'Amérique".