miércoles, 15 de noviembre de 2006

Lo que falta



No quiero ya saber lo que me aqueja;
a ti te quiero, amor que no se sabe,
sin paradero y sin sentencia grave
por si labios en flor, cara sin reja.

Si el agravio mayor que no me deja
sentir tu mano sabia es esta nave,
húndase en el recuerdo de una suave
playa donde tu boca se refleja.

No puedo ser un nombre que te sueña:
a ti no se te entierra en una nube
de oro, nunca libre, por más alta,

de todo el mal que contra ti se empeña
en mentirme con nombres que te tuve.
Y no: pero aquí tiembla lo que falta.

(Ana Leal)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No quiero ya saber lo que me aqueja;
a ti te quiero, amor que no se sabe,
sin paradero y sin sentencia grave
por si labios en flor, cara sin reja.

Si el agravio mayor que no me deja
sentir tu mano sabia es esta nave,
húndase en el recuerdo de una suave
playa donde tu boca se refleja.

No puedo ser un nombre que te sueña:
a ti no se te entierra en una nube
de oro, nunca libre, por más alta,

de todo el mal que contra ti se empeña
en mentirme con nombres que te tuve.
Y no: pero aquí tiembla lo que falta.

(Ana Leal)


Precioso soneto, de buena mano de sonetista, excelente construcción y buen remate final. Parece perfecto. Y, por ello, me siento culpable al señalar una pequeña mota de polvo: la rima del primer verso de los tercetos rima en asonante con la final de los cuartetos (refleja/sueña). Nada grave por otra parte. Los tercetos mantienen el brío inicial y lo rematan bien. Pero resultan más difíciles de penetrar, hay que seguir el hilo de los conceptos y están ocupados por una larga frase. Tienen a su favor el buen final. Los cuartos, en cambio, son muy fluidos. Y terminan con una imagen preciosa que centraliza el poema: 'playa donde tu boca se refleja'.
Saludos.

Grifo

Anónimo dijo...

'Los cuartos, en cambio, son muy fluidos.'

Perdón. Quise escribir: 'los cuartetos , etc...

Grifo