miércoles, 10 de diciembre de 2008

Devocionario Pop: la cuenta atrás


Devocionario Pop: sus primeros acordes en Aviones desplumados y La verdad del pajarito.

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Nunca hablar de sí, aconseja Gracián, con motivo; pero a qué padre no se le perdonará que dedique unas líneas, nada objetivas y acaso objetables, a su primogénito.

Son muchos años componiendo versos, primero con el único modelo de las prosas de Rimbaud y aquella antología de Lorca que publicó en Edaf Mauro Armiño, y después, a medida que Antonio Hernández Marín y el maestro Agustín, por distintos caminos, fueron desasnándome, con pulso algo más cierto y verbosidad (espero) decreciente.

Cerrar poemarios siempre me ha costado más que hacer poemas (algo que, en realidad, si uno se presta, sucede casi solo). Retorno a los columpios se llamó el primero que tomó forma: un libro de cerveza y caramelos que tuvo sus lectores generosos (por lo que sea, debo nombrar dos: Alfonso, que tan bien solía recitar algunos de aquellos textos, y Ricardo, el león que come triskis). Libro sobre la infancia, más perdida que recuperada, no por eso dejó de envejecer debidamente —rest in peace.

De la producción posterior, torrencial en algunos años, fueron decantándose algunos poemarios más. Por uno de ellos, que presenté al Premio Hiperión, tuve la oportunidad de conocer al poeta y editor Jesús Munárriz, cuya amabilidad tiene todo que ver con mi decisión de no rendirme e intentarlo una vez más, en serio.

Devocionario Pop, en fin, me hace autor en público. Álvaro Díaz Huici, poeta y editor de Trea, le dio el visto bueno en la que fue, con diferencia, una de las tardes más sentidas de mi vida. ¡Va por vos!

Ahora el libro quiere dar sus primeros pasos en público: este sábado 13 de diciembre lo presentaremos en la Librería Central, dentro del Centro Reina Sofía, a las 18:30. Sé que es difícil sincronizar relojes y reunir proscritos; pero si ésta no es una ocasión perfecta para conocernos, oh lectores, y darnos el gusto de charlar en vivo, que venga Dios y (Él también) lo vea.

Si nada se tuerce, Jesús Munárriz y Jordi Doce (dos ases) estarán allí. ¿Cómo perdérselo? Pues eso. Les espero.

*

Hola, chaval.




6 comentarios:

Juan Poz dijo...

Mi más ferviente -devocionario parece inducir a la selección léxica...- enhorabuena y el deseo de que ese acto público esté en consonancia con lo que intuyo que será la calidad del poemario, que corro a buscar a La Central, aquí en Barcelona. Desde la óptica de un artista desencajado, la publicación de alguien cercano se vive con insólita emoción, como si a uno mismo lo hubieran metido en ese molde gustosito de la caja tipográfica. Compartir desgracias es lo más común; lo notable es compartir las alegrías. Hoy es un día grande para este blog y para quienes lo seguimos. Luego, con calma, ya vendrán las críticas ceñidas y cordiales, pero sinceras.
Un abrazo encajado.

Anónimo dijo...

De todas las nostalgias las más álgidas son estas: momentos en que se reúne todo lo bueno (versos, amigos, música y cervezas -seguro- y la merecida felicidad -como siempre en ti, sin aspavientos- de los que quieres) y no tener dos cuartos para pillarse el primer avión y plantarse allí... allí estaré, ya sabes, de la forma que pueda.
Seguro más certero, que verboso nunca has sido, será ahora muchos los que puedan disfrutar del devocionario. Pero no te engañes, el retorno a los columpios no descansa en paz, que hay quien le sigue dando guerra de vez en cuando.
En fin, beatitud a los devotos que aparezcan!
Rafa

Anónimo dijo...

Por cierto, lo de cerrar poemarios no es nunca, por suerte, definitivo (como decía el maestro del "libro del debe y el haber"). Igual que fue proteico aquel libro de cerveza y caramelos, supongo que seguiran descolgándosete algunas otras coplas... a mí me falta (ya te lo dije discretamente) "ese poquito de Leño". Y es que no dejo de recordarnos dándole al tren azul.
Un abrazo.
Rafa

Al59 dijo...

Su pedido está servido.

Al59 dijo...

Juan Poz: aunque procuro no pensar demasiado en los lectores del blog (si no, el temor a decepcionarlos me tendría mudo), sólo sus abrazos, y zarpazos do procede, me mantienen en danza. Gracias por ello.

Antonio Álvarez del Cuvillo dijo...

¡Enhorabuena, Al! Esperamos ver pronto el devocionario en todos los kioskos... bueno, al menos en alguna librería gaditana decente.