Me he dado cuenta, al ir a citarlo, de que ya no tengo este libro, uno de los que más quiero del maestro Agustín. Imagino que lo regalé, o al menos presté, en algún rapto de entusiasmo. Por suerte, en la Red va estando casi todo. También este poema inmejorable que abre el libro.
A ti, negrura del agua,
madre mía, mi reína mora, raíz del mundo
maestra de niños ciegos,
...aqui te conjuro.
De pensamiento vacía
calavera, preñada de algas y escaramujos,
mi luz de mi luna blanca,
aquí te conjuro.
A ti, que nombre no tienes,
yo te nombro, y por ser quien eres y por lo mucho
que con tu falta me llenas,
aquí te conjuro.
Yo mismo, a falta de otro
yo, al que otros le dicen "tú" para hacerlo suyo,
a ti, la que yo no eres
aquí te conjuro.
En tu regazo, y tus pechos
derramando las rosas negras y el vano humo
de letras y letanías
aquí te conjuro.
Para que huyas y vengas
y que acudas y que te vayas, que todo es uno
que te hundas y que amanezcas
aquí te conjuro.
con fuertes nombres vacíos,
ordenando tu miedo mío en dorados números
de lo hondo de mi y del cielo
aquí te conjuro.
y por Poniente y Naciente,
por delante y detrás, por lo alto y lo profundo
y a izquierda y derecha mía
aquí te conjuro.
Eh, madre, aquí te conjuro,
mi verdad y mentira mía, mi propio luto,
luciérnaga de mi noche,
relámpago mudo.
madre mía, mi reína mora, raíz del mundo
maestra de niños ciegos,
...aqui te conjuro.
De pensamiento vacía
calavera, preñada de algas y escaramujos,
mi luz de mi luna blanca,
aquí te conjuro.
A ti, que nombre no tienes,
yo te nombro, y por ser quien eres y por lo mucho
que con tu falta me llenas,
aquí te conjuro.
Yo mismo, a falta de otro
yo, al que otros le dicen "tú" para hacerlo suyo,
a ti, la que yo no eres
aquí te conjuro.
En tu regazo, y tus pechos
derramando las rosas negras y el vano humo
de letras y letanías
aquí te conjuro.
Para que huyas y vengas
y que acudas y que te vayas, que todo es uno
que te hundas y que amanezcas
aquí te conjuro.
con fuertes nombres vacíos,
ordenando tu miedo mío en dorados números
de lo hondo de mi y del cielo
aquí te conjuro.
y por Poniente y Naciente,
por delante y detrás, por lo alto y lo profundo
y a izquierda y derecha mía
aquí te conjuro.
Eh, madre, aquí te conjuro,
mi verdad y mentira mía, mi propio luto,
luciérnaga de mi noche,
relámpago mudo.
2 comentarios:
je je, yo tampoco lo tengo porque te lo regalé a ti para que tú a su vez se lo regalaras a alguien... No me quejo, conste, bien empleado está, pero valga la historia.
Oído cocina (y mil gracias). Esta vez pediré tres: el tuyo, el mío y uno para quien lo merezca (que seguro que no tarda en aparecer).
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