jueves, 4 de mayo de 2006

No llueve a gusto de nadie


También esta noche el cielo se insinúa y dicta sus leyes. La lluvia me gusta, canta Bergia: una de mis canciones favoritas. ¿Me dejaré decir que ésta de Nuria es aún mejor?

La lluvia

No llueve a gusto de nadie,
pero la lluvia no cae en balde,
nos vuelve buzos
en mares de alquitrán.

No llueve a gusto de todos,
pero la lluvia nos vuelve bobos,
nos tira al suelo para mostrarnos
la vida oculta de un caracol.

Y yo que quería contarte,
salí a la calle medio desnuda
y no había aceras,
había luna.
Y yo que quería contarte,
crucé los campos de yerbaluisa
y corrí despacio,
corrí deprisa.

No llueve a gusto de nadie,
pero hay palabras impermeables
como barquitos
en medio de altamar.
No llueve a gusto de todos,
la lluvia arde, nos vuelve lodo,
un diminuto charco de espuma
donde los viejos van a cantar.

Y yo que quería contarte,
crucé la verja de los secretos
y había aviones
de papel dentro.
Y yo que quería contarte,
llegué al camino de los faroles,
bailé con gracia
entre las flores.

La lluvia nos vuelve inciertos
como estaciones en el desierto,
como fronteras
a medio dibujar.
La lluvia nos vuelve eternos,
es el perfume de nuestro invierno,
un diminuto secreto escrito
en las paredes del corazón.

Y yo que quería contarte,
abrí el balcón de la buena vista
y saludé al cielo
como un artista.
Y yo que quería contarte,
crucé tu boca de punta a punta
y no hallé respuesta:
no había pregunta.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

agua + "y yo que quería..."

http://bloc.balearweb.net/post/187/2960

saludos afectuosos aunque acatarrados
j.

Al59 dijo...

Curiosa confluencia. Apúntele una más al demonio de la analogía.