martes, 19 de diciembre de 2006

Donde habite el olvido


Otro diálogo a través del tiempo.

En donde esté una piedra solitaria
sin inscripción alguna,
donde habite el olvido,
allí estará mi tumba.
(Gustavo Adolfo Bécquer)


Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo, lleno de gracia aérea, mientras crece el tormento.

Allá donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.
(Luis Cernuda)




3 comentarios:

Anónimo dijo...

Al: Un magnífico regalo de buen año traer una de las mejores poesías en lengua castellana, hoy al blog. Se lee y se relee con un placer exquisito, ¡cómo nos hubiera gustado escribir así! Bon nadal.

[Vaya palabreja me ha tocado 'nooskuj', debe significar conocimiento en alguna lengua de pakiestán o de pakinoestán]

Al59 dijo...

Kalá christougénnea, Sr. Verle. Por cierto que, después de años leyéndolo, hoy me he dado una cuenta de un guiño bodeleriano en el poema de Cernuda. leve, / como carne de niño: Il est des parfums frais comme des chairs d'enfants. ¡Quién fuera tan buen alumno como don Luis!

Anónimo dijo...

Cita sobre cita, acudo al propio Cernuda cuando escribe:

"como un guante
que olvidado pregunta por su mano"