He explorado esta mano que solía tener.
La he hallado dispuesta a agarrarte de nuevo.
Lo que soy es un sitio, sólo un modo de andar.
No me importa morir cuando cierres los ojos.
La he hallado dispuesta a agarrarte de nuevo.
Lo que soy es un sitio, sólo un modo de andar.
No me importa morir cuando cierres los ojos.
6 comentarios:
Al.: no sé si dice un modo de anclar o un modo de andar, de las dos maneras podría conmoverme si es que no me ha conmovido ya.
Astigmáticamente hasta pronto.
Vero: pensaba en un sitio por el que moverse, más que apalancarse.
Ni decir que los poemas no se discuten pero hay algo, hay algo,... ¿Decime, Al., "lo que soy" no es en definitiva un ancla?
Perdón pero no pude resistirme, es que al ver que las dos opciones...
Suele ocurrir.
Hasta todos los momentos.
Es un ancla. Por eso lo de andar: un intento por contrapesarlo. Por cierto que tengo tres discos de PG notoriamente huérfanos. Habrás de responder de tu crueldad para con ellos :-).
Verrà la morte e avrà i tuoi occhi
-questa morte che ci accompagna
dal mattino alla sera, insonne,
sorda, come un vecchio rimorso
o un vizio assurdo.
"agarrarte..." Decía Breton que la palabra aislada tenía una energía significativa muy distinta de la palabra gregaria. Siempre me ha parecido una gran verdad. Las leo solas, aislándolas de su contexto, y se me convierten, ellas solas, en poemas con una fuerza increíble e insospechada. Las manos, cuando cogen, ¡y más cuando cogen a alguien! -y no al modo argentino, precisamente, o quizás también...-, se vuelven garras. Emerge el animal en ellas, se vuelven dóciles al cerebro reptilíneo que las gobierna.
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