En estas Navidades eleusinas (luego explico, si puedo) voy conociendo a Mompou, en sus diversas facetas: pianista, musicador de poemas y compositor para guitarra y orquesta (aunque las piezas orquestales que compuso, no las orquestaciones a posteriori de piezas para piano o guitarra, me está costando mucho encontrarlas). Tenemos la suerte de que su viuda, Carmen Bravo, pianista excepcional, explicara en su día muchas cosas sobre la estética de Mompou, su sentido del humor y el humus del que crece su obra. La pieza no tiene desperdicio: se abre con unos compases de una de mis canciones favoritas de Lorca:
El niño busca su voz.
(La tenía el rey de los grillos).
En una gota de de agua
buscaba su voz el niño.
No la quiero para hablar;
me haré con ella un anillo
que llevará mi silencio
en su dedo pequeñito.
En una gota de agua
buscaba su voz el niño.
(La voz cautiva, a lo lejos
se ponía un traje de grillo).
(La tenía el rey de los grillos).
En una gota de de agua
buscaba su voz el niño.
No la quiero para hablar;
me haré con ella un anillo
que llevará mi silencio
en su dedo pequeñito.
En una gota de agua
buscaba su voz el niño.
(La voz cautiva, a lo lejos
se ponía un traje de grillo).
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