Para Adriana
[metamorfo]
Amo las horas negras de mi ser
en las que mis sentidos profundizan;
en ellas he encontrado, como en cartas
antiguas, ya vivida mi vida cotidiana
y, a modo de leyenda, lejana y trascendida.
De ellas me viene seña de que tengo
lugar para otra vida ajena al tiempo, extensa.
Y a veces vengo a ser como aquel árbol
maduro y susurrante que sobre algún sepulcro
culmina el sueño que el pasado niño
(en el que sus raíces ya cálidas se adentran)
perdió en melancolías y cantares.
Amo las horas negras de mi ser
en las que mis sentidos profundizan;
en ellas he encontrado, como en cartas
antiguas, ya vivida mi vida cotidiana
y, a modo de leyenda, lejana y trascendida.
De ellas me viene seña de que tengo
lugar para otra vida ajena al tiempo, extensa.
Y a veces vengo a ser como aquel árbol
maduro y susurrante que sobre algún sepulcro
culmina el sueño que el pasado niño
(en el que sus raíces ya cálidas se adentran)
perdió en melancolías y cantares.
[Rainer Maria Rilke, Libro de horas]
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