lunes, 16 de enero de 2006
Moonchild
Al final aceptaremos la luna. Cuánta gente nos espera, expulsada del juego de rol, vaciando el frigorífico. He estado mirando la lápida de algunos países. Hay formas que, una vez desechadas, se han quedado flotando sobre cielos tranquilos. Quién sabe dónde llegan los globos más altos. A algunos niños nadie consigue retenerlos.
Cuando todos hemos muerto somos mucho más pausados. Lo que había que decirnos, algún día, a toda costa, era en realidad este silencio tan largo, este tomarnos por las manos y atravesar el corazón con el dedo. Éramos falsos (sin mala fe). Lo que perdimos es lo que queda.
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