lunes, 30 de octubre de 2006

Raga-rock II: The Yardbirds


Los Yardbirds (1, 2, 3) fueron un grupo menor: en tiempo de gigantes, volaron relativamente bajo, aunque tuvieron en agitada sucesión tres guitarristas notables: el sobrevaloradísimo Eric Clapton (rey del cliché), el versátil Jeff Beck y el ambicioso Jimmy Page (aprendiz de brujo de fama ledzeppeliniana). Si nos limitamos a sus tres o cuatro canciones realmente innovadoras, el currículo resulta impresionante: Still I’m sad (con ecos gregorianos), Shapes of things y Happenings ten years ago (gemas caleidoscópicas) y Heart Full Of Soul, la primera canción en que un grupo rock trató de integrar el sitar. Por desavenencias con el sitarista, un músico profesional hindú contratado ad hoc, el experimento salió mal y permaneció en la cripta casi veinte años. A cambio, se editó una versión en la que Beck ataja el problema imitando el sitar con su guitarra eléctrica y algo de eco. La versión fallida con sitar acabó emergiendo en 1984, pero aquí les tenemos en sentido play-back del single tal como se editó en 1965 (con Page, curiosamente, haciendo de Beck, que ya se había marchado del grupo).


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Al: Curiosa saga. La verdad es que el Raga-rock nos comió un poco, sólo un poco, el coco a los de entonces. Hasta acabamos comprando religiosamente LP's de Ravi Sankar, que hoy me temo ni escucharíamos.
Y es que seguimos prefiriendo a 'Kinks' y a Davis, con su cherry-cola. Por supuesto más que a Clapton en Yardbirds.
(Otro día hablaremos de Clapton en Cream)

Al59 dijo...

Por mi parte confieso que: a/ sólo he conocido una persona (músico profesional, por cierto) a la que realmente le guste la música hindú (o sea, que la escuche con la misma frecuencia y gusto con que otros se administran la clásica, el rock o el jazz); b/ sin ser alérgico a la música clásica hindú, lo que realmente me llega es el uso occidental, en música pop, de algunos de sus instrumentos y atmósferas.

En cuanto a Clapton, a mí incluso Cream me parecen sobrevalorados (creo que, como los Yardbirds, tienen cinco temas buenos y pare usted de contar). Los Kinks, en cambio, son dinamita.