lunes, 12 de marzo de 2007

No sé si puedo nombrarte


Gracias a Javier, gentilhombre do los haya, tengo ya el audio del concierto que Ciento Volando dimos el 19 de febrero en Madrid, en el Rincón del Arte Nuevo.

Aunque todos salimos contentos, cuando se escucha con la cabeza fría uno no puede evitar encontrar defectos a tutiplén, en siniestra sinergia entre la mezcla, la amplificación y la interpretación. Con tanto espacio para el error, lo raro sería que la melódica no se oyera menos de lo que debe aquí o la voz que se supone segunda no atronara allá.

De las canciones que llevo ecualizadas, ésta de Daniel, reflexiva y onírica, es la que me resulta más adictiva.

*

No sé si puedo nombrarte
sin ver las palabras
flotar entre restos de bailes gitanos.
Sólo la lluvia en verano,
correr de tu mano
hasta enloquecer.
Pueden hablar de entonces
las fuentes de piedra y bronce
donde tú y yo parábamos a beber.

Y ahora que todo ha quedado en silencio,
que duermen los gatos
y a veces nos vemos en sueños
entre sonrisas te marchas,
haciendo escarcha
sin discutir.
Se pierde así cuanto fuimos,
y el metro a ninguna parte
cierra sus puertas sin ruido para salir.

Puntas de azúcar hielan el corazón,
las luces iluminan otra ciudad.
Ya se amontona el tiempo sobre el amor
y aún sueño que regreso al mismo lugar.
Envejecen las fotos donde tú y yo
aún seguimos cumpliendo la misma edad.
Llevar consigo sólo el primer amor
cuando la vida acabe y vuelva a empezar.

Hoy he vuelto a buscarte,
aunque sé que no están tus palabras
y se han muerto ya tus deseos.
Nadie recoge el correo,
pero las cosas hablan de ti.
Parece que aún pudieras
atravesar las hogueras,
buscar las primeras luces
de la mañana.

Voy volviendo a la vida
y parece mentira
que aún reverdezcan las ilusiones,
que aún nos recuerden los bancos del bulevar.
Ya no se ve el camino
de juncos y cañizales,
han brotado los lirios
en tu portal.






4 comentarios:

Anónimo dijo...

Con una canción como ésta -letra y música, melodía y acompañamiento- se pueden hacer milagros. La voz de Daniel suena clra y ágil. Tiene un temblorcillo de los nervios y de la falta de costumbre de cantar ante cámaras. Hay una inseguridad pero que añade espontaneidad y gracia. Con unos años de experiencia, cantando ante miles y miles, uno se siente más seguro y aburrido también.
Saludos.

Grifo

José Camello Manzano dijo...

Hola amigotes. Pues nada, que en esta semana o a más tardar el lunes os mandamos el programa "Ciento volando" de "el lince con botas" y el bruto con el concierto...Andamos un poco iiados por aquí, asomando la cabecita por las trincheras y más quemados que la moto de un hippie. Si queréis ponerlo en Madrid, en cualquier sitio, iremos a presentarlo con vuesencias y a tomar algo de paso...Además, si queréis que llebvemos algún episodio más, miel sobre hojuelas...
Besitos de Ana, Pepe, Margari, Carlos, fer y Rafa

Al59 dijo...

José: Maravilloso. ¡Tengo mucha curiosidad por ver cómo habéis montado el rompecabezas!

Anónimo dijo...

Parece que hay cosas que nunca cambian, esa música, esa voz, ese bar... ¡Cuántos años me llevan atrás!
Saludos.

Melusina