Eres hermosa
como quedarse en cama hasta muy tarde
doblando las esquinas hipnagógicas
con pasos decididos a perderse;
como burbuja en un plato de sopa
te expandes generosa, como el cuadro
que sin aviso rinde sus colores;
el sello que con ácido litúrgico
otorga absolución a la conciencia.
Eres hermosa y sabes olvidarlo.
como quedarse en cama hasta muy tarde
doblando las esquinas hipnagógicas
con pasos decididos a perderse;
como burbuja en un plato de sopa
te expandes generosa, como el cuadro
que sin aviso rinde sus colores;
el sello que con ácido litúrgico
otorga absolución a la conciencia.
Eres hermosa y sabes olvidarlo.
2 comentarios:
Junio, 14. Del qué post el de aquel día vengo al título del de hoy porque cuando empecé el camino correcto, del día de hoy hacia atrás, tropecé con la felicidad y pensé que era la de haber perdido de vista a la caterva de indocumentados felices a los que pastoreamos en la dehesa social de la enseñanza. Ya veio que no, pero sí que estoy más que de acuerdo con cuanto dices en ese derecho obligatorio, del pasado 14. Atrapado en el reloj sin fin de las correcciones marmota de fin de curso, hacía tiempo que no visitaba tu casa bloguera. Hoy, con la calma y un cierto atontamiento, todo hay que decirlo, recupero algunas costumbres civilizadas.
Sigo siguiéndote.
Por cierto, ¿conoces La des-educación obligatoria, de Paul Goodman? Es un auténtico placer.
Amigo Poz: me anima mucho tu mensaje. No conozco el libro, pero haré por encontrarlo.
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