Los occidentales: ironía socrática, piedad evangélica, rigor científico, amor a la belleza. Omar Jayyam, por ejemplo.
Dime: ¿Dónde está el hombre que no haya pecado?
Dime: Quien no haya pecado... ¿Cómo habrá podido vivir?
Si por el mal que yo hice me castigas haciendo Tú el mal:
¿cuál es la diferencia que existe entre Tú y yo?
Dime: Quien no haya pecado... ¿Cómo habrá podido vivir?
Si por el mal que yo hice me castigas haciendo Tú el mal:
¿cuál es la diferencia que existe entre Tú y yo?
3 comentarios:
muy bello y muy sabio
Me gusta como ideal. Tal vez, bajo mi punto de vista, la ironía no en igualdad con los otros tres valores, sino como una especie de sfumatto, que suaviza la escena.
Un saludo.
Certera visión, Javi. También es verdad que la ironía socrática es algo más y menos que cívico y burlón escepticismo (que, cual ácido domesticado, más propende que ofende a la conformidad).
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