domingo, 23 de abril de 2006

Aquellos besos


Era quizá fatalidad que un poeta capaz de escribir esto escribiera algo aún mejor que nos hiciera olvidarlo.

PORQUE ESTANDO ÉL DURMIENDO LO BESÓ SU AMIGA

Vos cometistes traición,
pues me heristes, durmiendo,
de una herida que entiendo

que será mayor pasión

el deseo de otra tal

herida como me distes,

que no la llaga ni mal
ni daño que me hecistes.

Perdono la muerte mía;
mas con tales condiciones,

que de tales traiciones
cometáis mil cada día;
pero todas contra mí,
porque, de aquesta manera,

no me place que otro muera

pues que yo lo merecí.

Fin

Más placer es que pesar
herida que otro mal sana:

quien durmiendo tanto gana,

nunca debe despertar.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Quién fue capaz de escribir esto, Al...?

Más placer es que pesar
herida que otro mal sana:
quien durmiendo tanto gana,
nunca debe despertar.

la concentración extrema, el conceptismo más coagulado... Sólo uno ha podido hacerlo, sea quien sea. ¿De quién se trata? Es obra cumbre.

Grifo

Al59 dijo...

Bueno, creo que ambos imaginamos quién (en la circunstancia adecuada) podría haber sido. Pero tuvo que ser otro: el hijo de don Rodrigo Manrique tanto famoso / e tan valiente. En la canción de amor, como en el planto: insuperable.