CAMINA LA VIRGEN PURA (é)
(Virgen y el ciego: IGR 0226)
Informantes: Lidia Gutiérrez Rodríguez, nacida en 1926,
y Rosalía Gutiérrez Rodríguez, nacida en 1932 .
Fecha: 2003.
Lugar: Navalmoral de la Mata.
Recopiladora: Virginia Gómez Peña.
Camina la Virgen pura,
camina para Belén.
En la mitad del camino
pide el niño de beber.
—No pidas agua, mi vida,
no pidas agua, mi bien,
que van los arroyos turbios
y no se puede beber.
Allá arriba en aquel cerro
hay un pobre naranjué
que le cría un pobre ciego,
pobre ciego que no ve.
—¿Me da usté una naranjita
para este niño beber?
La Virgen, como es humilde,
no pidió na más que tres:
una para su niñito
y otra para san José
y otra se quedó en las manos
para la Virgen beber.
(Virgen y el ciego: IGR 0226)
Informantes: Lidia Gutiérrez Rodríguez, nacida en 1926,
y Rosalía Gutiérrez Rodríguez, nacida en 1932 .
Fecha: 2003.
Lugar: Navalmoral de la Mata.
Recopiladora: Virginia Gómez Peña.
Camina la Virgen pura,
camina para Belén.
En la mitad del camino
pide el niño de beber.
—No pidas agua, mi vida,
no pidas agua, mi bien,
que van los arroyos turbios
y no se puede beber.
Allá arriba en aquel cerro
hay un pobre naranjué
que le cría un pobre ciego,
pobre ciego que no ve.
—¿Me da usté una naranjita
para este niño beber?
La Virgen, como es humilde,
no pidió na más que tres:
una para su niñito
y otra para san José
y otra se quedó en las manos
para la Virgen beber.
Este romance devoto se conoce también con el nombre de La virgen y el ciego o Romance de la huida a Egipto. Los Evangelios canónicos no describen los pormenores del viaje de la Sagrada Familia a Egipto para escapar de la matanza de los inocentes decretada por Herodes: en cambio, los evangelios llamados apócrifos contienen abundante material sobre este viaje, que ha influido considerablemente en la tradición popular y erudita cristiana.
En principio, si se trata de dicho viaje, sorprende que la Virgen y su familia caminen hacia Belén, en vez de desde Belén hacia Egipto. Sin embargo, el error (si es tal) está extendido en casi todas las versiones del romance. Joaquín Díaz, José Delfín y Luis Díaz (1978: 134) citan, no obstante, una versión santanderina en que se nos dice que
Huyendo del fiero Herodes
que al niño quiere prender,
se encaminan para Egipto
María, su hijo y José.
que al niño quiere prender,
se encaminan para Egipto
María, su hijo y José.
Quizá no debamos sorprendernos de que Belén, punto final del viaje que la Virgen y san José emprenden en busca de un lugar donde dar a luz a su hijo, se haya convertido en la meta por defecto de cualquier viaje de la Sagrada Familia. Después de todo, lo que importa en este romance no es el porqué del viaje, sino ejemplificar cómo en situación de necesidad la Virgen es socorrida por un ciego generoso, que (en las versiones más completas) recibe por ello la merced, no esperada, de recobrar la vista. Haz bien y no mires a quién, literalmente. Así las cosas, cantores que no tenían demasiado claro por qué la Virgen se ponía en camino ni adónde la encaminaron, por comprensible automatismo, hacia Belén.
La trama del romance parece inspirarse en un pasaje en concreto del Evangelio del Pseudo-Tomás (18-22), que Fraile Gil resume así:
afligida por la sed, bajo un sol ardiente, avanzaba la comitiva cuando la Virgen vio erguirse en la lejanía la esbeltez de una palmera cargada de dátiles. Por mandato de su Hijo el árbol doblegó su tronco y puso el fruto al alcance de María, mientras de sus raíces brotaba el agua. Como recompensa, un ángel venido a tal menester desgajó del árbol una palma y la llevó al Paraíso, colocándola allí como símbolo eterno de victoria. La Tradición Oral no ha hecho sino cambiar un tanto el escenario donde acaeció el milagro; trocar la exótica palmera por la naranja, fruta de invierno, aguinaldo de los niños; y duplicar el milagro dando vista al guardián ciego.
El ciego que socorre a la sedienta familia cuida o cría, como dice nuestro texto, un naranjel (naranjué en nuestro caso) o naranjal (más raramente, un rosel, o un manzano, como en la versión recogida por Bonifacio Gil en el tomo I de su Cancionero). Es curioso que una versión tan breve y económica como la que aquí editamos dedique tanto espacio a insistir en la condición del ciego: pobre ciego, / pobre ciego que no ve, con lujosa concatenación y pleonasmo (cf. la versión citada de Gil: pobre ciego, / pobre ciego y nada ve). En cuanto a la acción, se interrumpe con el cómputo de las tres naranjas y sus correspondientes destinatarios. El oyente o lector queda en suspenso, quizá suponiendo lo que sigue, quizá recordándolo de versiones más amplias de la historia, arromanzadas o en prosa. El acto de virtud aparece puro, sin premio que a posteriori corrobore su oportunidad.
Otras versiones establecen un contraste entre la prudencia de la Virgen, que coge sólo las naranjas imprescindibles, y la inconsciencia del niño, que como era niño / no paraba de coger. En nuestro caso ha importado únicamente establecer las prioridades: una naranjita para el niñito, otra para san José y sólo la última (last and least, en este caso) para ella misma.
La brevedad de la versión y su carácter trunco hacen que resalte más el gusto por las repeticiones, en particular las anáforas (camina la Virgen pura, / camina...; y otra... / y otra...). En el medio del camino es también, en otro sentido, octosílabo muy repetido, formular, que aparece en múltiples romances (por ejemplo, en La Infantina).
Encontramos también el uso, tan típico del Romancero, de un dístico en que el verso par, portador de la asonancia, repite el significado del verso impar, con anáfora de la parte inicial y variatio de la final, en la que se busca un sinónimo para reiterar la idea variando la forma:
—No pidas agua, mi vida,
no pidas agua, mi bien,
no pidas agua, mi bien,
En este caso concreto la detención o morosidad queda plenamente justificada por la situación: suponemos que el niño, exasperado, no para de llorar, y una y otra vez la madre ha de intentar consolarlo con las mismas (e inútiles) palabras.
7 comentarios:
Todo lindo: romance, comentario y viñeta. Estoy de acuerdo en que el término 'Belén' se haya podido usar como generalización del término del viaje de los protagonistas de esta historia; o por confusión, ya que hay alguna versión que omite este término.
El tema de la Huida a Egipto se convierte, desde finales del Gótico Internacional (s. XV, años 1400) en tema fundacional de la pintura europea. Hasta entonces, durante el gótico medieval, y antes, la normativa era antipictórica: consistía en pintar sólo las figuras (de personajes sacros), evitando toda mención ajena, exterior, que pudiera distraer al orante. Tras las figuras, se tiende un fondo dorado, homogéneo, herencia de la pintura bizantina. Poco a poco, comienza a pintarse también el fondo. Y nace la pintura propiamente dicha. Pero, entre los temas sacros, en el de la Huida a Egipto, prevalece el tratamiento del fondo sobre el de las figuras. Y nace el paisajismo, la primera pintura abstracta, en el que Patinir fue la estrella (su Descanso en la Huida a Egipto del Museo del Prado sigue siendo obra señera). En la viñeta, de gusto romántico, pueden verse las características propias del género de las 'Huidas' : un paisaje sobrecogedor, a veces amplio, desolado; a veces, ameno y salpicado de anécdotas, etc, se impone a las figuras sacras que aparecen, inevitablemente, como partes de un todo. La Huida a Egipto, foco residual del Paganismo en la memoria europea, supuso también la misma huida de nuestra orientación cultural, que encontró allí la libertad.
Saludos
Grifo
Maravillosos evangelios apócrifos, maravilloso Dídimo Tomás (se acepta el pleonasmo?).
Recuerdo uno que pintaba a Jesús más oracular que profético, descolgándose con resabios atónitos más propios de un maestro zen, auténticos "koanes":
"Adónde hemos de ir?", le preguntaban los discípulos.
"Adonde ya estéis".
Y otros anuncios perplejos:
"El universo es del bailarín".
O este otro, más famoso pero no menos pagano (cito de memorieta): "En todas partes estoy. Partid una astilla de madera y allí me hallaréis. Volved una piedra y ahí estaré." (No sé dónde leí que había inspirado el cuento de Pinocchio(!?)
En otra onda, también sacado del papiro de Chenoboskion, alucinante aquel recuento de la Caída desde la perspectiva... de la serpiente! Toma narrador omnisciente.
El librito de Elaine Pagels sobre la Biblioteca de Nag Hammadi merece mucho la pena.
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Qué lástima no haber llegado ni a los postres de la semana sonetística (estupenda Al; felicidades a todos los ponentes), y perderme la jornada del ex Caronte. Cuánta tela que cortar!
Por cierto, Al, una consulta sobre el título de la entrada, "Carretera y manta". El otro día me discutían que se pudiese emplear en un contexto decimonónico, en torno a 1840, concretamente. Que la expresión sonaba muy "actual". A bote pronto repuse que no parecía muy actual eso de emprender el camino pertrechado de una manta, en previsión de vivaqueos de fortuna. Pero igual me pasé de listo y no van por ahí los tiros del dicho. ¿Sabe alguien el origen de la expresión? ¿Su antigüedad?
Yo sólo se la oí a mi abuelo materno, ya ceniza, y de hecho cuando fui a poner el título gugleé un poco, a ver si iba a resultar tan antañona que ni Dios la reconocía. Ya se ve que no. [Siempre he pensado que con mi abuelo se fue un mundo. 'Cierra la ventana, que le huele la boca', era su manera de decir que hacía frío. A los negros que salían por la tele los llamaba 'abisinios' y al telediario, 'el parte'. A mí, por lo delgado, me llamaba Tirillas. Aunque ateo extremo, estaba convencido de que poner el pan al revés en la mesa traía mala suerte. Fue putañero, guardia de asalto con la república, flamencólico de amplio espectro, fanático de las motos (como el Marqués de Cubalibres), tiránico con su mujer y devoto de sus nietos. Todo un carácter. Cuando escucho 'La Zarzamora' recuerdo vivamente esas cintas enormes, como de vídeo, que solía poner en el coche, y de las que nunca se habla. ¿Alguien más las recuerda?]
Memorables gnósticos, sí (aunque yo diría que al menos un 50% de su glamour reside en haber perdido la partida). Pagels tiene otro libro estupendo, Adán, Eva y la serpiente, que en realidad es un duelo de altura entre san Agustín y san Juan Crisóstomo. El primero defendiendo aquello de que quien quita la ocasión quita el pescado; el segundo, que una acción obligada carece de valor moral, y es mejor pecar con convicción que hacer lo correcto a rastras. De más está decir quién ganó (como siempre).
Y Pinocho, ¡ah! Cuánta tela que cortar con ese libro maravilloso. Toda madera espera su Gepetto...
Grifo, me impresionó tu comentario sobre la importancia del tema de la Huida a Egipto en la pintura europea, quisiera conocer las fuentes de las que sacado esa tan buena información. desde ya agradecido,
Andrés
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