domingo, 30 de abril de 2006

¿Qué ven mis nubes cansadas?


Para J.R.

Una mañana esencial
(1989): Tengo el suelo mojado, canta Bergia. Mis pies están duros.

En el reino de la hipálage los objetos se vuelven entrañas y el alma se replica, zalamera, en las cosas. Somos en lo que estamos, parte viva del paisaje que apura, sin miramientos, la más patética de las falacias. Según la etimología, no hay deslizamiento brusco, sino intercambio gradual: I mixed stones and water / just to see what it would do / and the water it got stoney / and the stones got watery too.

Sabemos qué hipálages sedujeron a Borges. Yo hago también memoria. Soy un niño anterior a la escritura que comprueba admirado cómo la luna sigue, obediente, el coche de papá. Lo recordaré, años después, leyendo a san Juan: Y el ventalle de cedros aire daba.

Mis hipálages favoritas, ya literarias, son japonesas. El libro de Rodríguez Izquierdo sobre el haiku:

¿Quién es el que se lamenta,
su barba soplando al viento,
por el solsticio de otoño?

Al atardecer
las voces de los patos
son vagamente blancas.

5 comentarios:

Joselu dijo...

En tan dulce amanecer,
hasta los árboles cantan,
los ruiseñores florecen
y las mismas piedras bailan…
Pedro de Espinosa.

Estos días comentamos en clase poemas de Juan Ramón Jiménez en los que son frecuentes los desplazamientos calificativos y puedo confirmar que estas suertes de hipálages nos sorprenden e incluso nos fascinan. Es uno de los recursos que más les ha interesado.

Anónimo dijo...

Graciasmil, amigo.
Desde luego, este Wunderkammer tuyo no tiene fondo. Preciosa entrada, qué bien traído todo. De verdad que da gusto parar por aquí.
La luna que empataba al auto de papá me ha recordado, por pura coincidencia de campo metafórico, la definición del hipálage que daba el Tristram Shandy:
'Es poner el carro delante del caballo'.
Me alegra que tú y esotros ingleses vean menos brusco/chusco el deslizamiento.

Anónimo dijo...

Ahora el matiz y la consulta.
En el hermoso verso de San Juan, también en los que trae Joselu (esos ruiseñores que florecen), pero sobre todo en el de SJ, creo que la estricta figura es otra. A ver si acierto a explicarlo. No digo que no se trate de hipálages, digo que tienen otro nombre más ajustado. El problema es que no lo recuerdo! Sé que existe, lo vi en un vetusto diccionario de términos literarios, me pasmó que existiese... y no me cuidé de anotarlo. Seguro que Al lo conoce. Vendría a ser un como un hipálago a lo bruto. En bloque. No se limita a trasponer adjetivos, el barajeo semántico es mucho más libre. Larrea, por ejemplo, lo practicaba muchísimo. Algo en plan:

"A la sombra de sus rayos
se enjuga el sol sudoroso
la mañana de su frente".

Las pistas son paupérrimas, lo siento, pero se lo sabe alguien?

Anónimo dijo...

(Marginalia:)

Ayer me acordé de los campos de fresa. Una peli en la tv a las mil y gallo: Hideous Kinky. La trama no se merece el trasnoche, pero el marco (jipi-moruno) y la época (tardosesentera) obligan a la Inc.String Band a predominar en la BSO. Qué bien sonaban con esas vistas del Atlas!

Al59 dijo...

Tienes razón, JR. Si el término no existe, debería. No obstante, me pasé años buscando el término, similar a sinestesia pero distinto, que designa no la confluencia de dos sentidos, sino la atribución de cualidades sensibles a cosas abstractas. Finalmente, cero. Sinestesia de segundo grado. Así que no sé si con esto pasará lo mismo: hipálage adjetiva, hipálage verbal. Algo habrán inventado para matizar, digo yo. Seguiremos mirando.

(Pinta bien la peli. Ya les contaré...)